Estudiantes y docentes se han concentrado a las puertas de la Consejería de Educación, situada ahora en el Río de la Pila de Santander para exigir la publicación de manera urgente de los modelos de la nueva prueba de acceso a la universidad, conocida como PAU.
Convocada por la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras en Cantabria (CCOO) y el Frente de Estudiantes, la movilización ha tenido como objetivo mantener la presión para que de una vez por todas los y las estudiantes que el próximo año se enfrentarán a la nueva prueba de acceso sepan cómo va a ser y cuenten con modelos prácticos.
Para Alberto López, secretario de Organización de la Federación de Enseñanza de CCOO en Cantabria, “la propia convocatoria de la movilización ya ha obligado a la Consejería a ir dando pasos que, de no hacer nada, seguramente se habrían dilatado más en el tiempo. De todos modos, está claro que es necesario mantener la presión y la movilización para que se publiquen de manera urgente los modelos”.
Al hilo, Francisco García, representante del Frente de Estudiantes, ha afirmado que “este año nos encontramos ante un gran cambio en el tipo de exámenes y todavía no sabemos cómo van a ser. Estamos dando clase a ciegas, sin saber si lo que estamos viendo tiene alguna relación con la PAU o no”.
“La prueba de acceso a la universidad no debe ser un muro que nos separa de nuestros sueños, lo que necesitamos es un puente que nos conecte con nuestro futuro. Sin embargo, hoy ese puente está lleno de obstáculos: tasas desorbitadas, criterios de evaluación injustos y una mercantilización que convierte la educación en un producto al que solo unos pocos pueden acceder”, ha señalado García que ha reclamado la eliminación de la PAU, “prueba que nos segrega y expulsa a la clase trabajadora de la universidad. Exigimos un cambio profundo de este sistema que nos juzga sin tener en cuenta nuestras realidades, nuestras luchas, y nuestros esfuerzos”.
Ambas organizaciones han apuntado que la educación es un derecho, no un privilegio y han apostado por una educación pública, gratuita, de calidad y al servicio del pueblo trabajador. Además, han insistido en que a largo plazo es necesario un cambio del modelo educativo y han considerado que la selectividad es una prueba segregadora, que solo tiene sentido en un marco en el que faltan plazas en las universidades públicas y en la que hay empresas privadas de la educación recibiendo grandes dosis de financiación pública. Así, han apostado por la necesidad de aumentar la inversión en la universidad pública para crear más plazas y que haya más profesionales para orientar académica y laboralmente al alumnado.