Organizado por Memoria de Laredo el próximo jueves, 19 de octubre, tendrá lugar, a partir de las siete de la tarde, en la Casa de Cultura, la presentación del cómic “Las hogueras de El Pertus”. Una iniciativa que, tal como explica el propio colectivo, en nota de prensa “es una muestra y el propósito de seguir haciendo Memoria con mayúsculas frente a la derogación de la Ley de Memoria Histórica de Cantabria”.
“Y lo hacemos esta vez adentrándonos en el mundo del exilio que sumó miles y miles de españoles que, huyendo del terror fascista pasaron la frontera entre Catalunya y Francia, para encontrarse con una recepción decepcionante, como apestados, para ser retenidos en campos de concentración, muchos de ellos en condiciones durísimas”.
La historia, recogida ahora en cómic, se sitúa en Cataluña, febrero del año 1939. Barcelona ha caído en los últimos días de enero y los invasores se acercaban; cientos de miles de personas huían hacia la frontera francesa bajo las bombas de los aviones extranjeros.
La noche del 27 de enero Francia abre la frontera para los civiles, el 5 de febrero para los soldados. Y en la frontera, los gendarmes separaron a las familias: hombres para un lado, mujeres y niños para otro. Era un plan para debilitarlos, un chantaje. La unidad familiar sólo se concedería aceptando volver a España. A las mujeres y niños se los llevaron al norte. Los metieron en fábricas abandonadas, en grupos pequeños, en más de 900 lugares diferentes.
Aquel invierno fue uno de los más fríos. Los hombres, por decenas de miles, fueron arrojados a las playas del Mediterráneo, entre alambradas. Arena, cielo, viento y mar. Sin ninguna estructura donde guarecerse. Sin agua potable. O volvían a España o allí se morían. Dormían haciendo agujeros en la arena para protegerse del clima y cada mañana, el día empezaba con las playas llenas de cadáveres.
Alberto Vázquez presenta en Laredo un cómic que recoge 15 historias reales sobre La Retirada y los campos de concentración franceses. Contiene una historia principal de 54 páginas que da título al libro que es un diario de La Retirada durante el mes de febrero de 1939 y que se complementa con otras historias más cortas relativas a diferentes campos y a diferentes historias personales., entre ellas una del cántabro Eulalio Ferrer, que nos relata su estancia en los campos de Argelès-sur-Mer, La Barcarès y Saint Cyprien, recogido en su obra “Entre Alambradas”
Es la forma elegida para poder obtener una visión lo más global posible y plural de este episodio histórico. Este cómic está basado en vivencias que los protagonistas dejaron por escrito. Los relatos pertenecen tanto a gente llana como a personas que tuvieron relevancia en el mundo de las letras.
Si hubiera que definir un género para este cómic, podría acotarse dentro del drama carcelario con un trasfondo bélico y político.
El relato se contextualiza en un escenario político hostil para los republicanos españoles. La dura pelea había empezado casi tres años atrás. El pueblo neutralizó el Golpe militar en los primeros momentos, pero Francia e Inglaterra alinearon a todos los países contra España para que ésta no pudiera adquirir las armas que necesitaba en ningún lugar. Fue lo que se bautizó como Pacto de No Intervención. Mientras tanto, los ejércitos de Hitler y Mussolini operaban libremente en el interior de la península. España era sacrificada, dentro de la denominada “política de apaciguamiento” que consistía en otorgarle a Hitler pequeñas victorias con la intención de evitar un conflicto de mayores dimensiones. Y después de tres años, España perdió la batalla.
Hoy lo llaman “guerra civil”, dicen que fue un asunto interno entre españoles, que su pasión irrefrenable los llevó a aquel enfrentamiento entre hermanos… ¿Guerra civil? En aquella época los términos usados eran otros: La Guerra contra la Invasión.
La noche del 27 de enero se abre la frontera para los civiles, el 5 de febrero para los soldados. Todo esto ocurría mientras una gran campaña xenófoba se desataba en la prensa conservadora.
Las leyes contra los extranjeros se habían ido sucediendo como un torrente a lo largo de 1938 y culminaron con la promulgación del decreto-ley del 12 de noviembre que permitiría el internamiento administrativo de los extranjeros “indeseables” en “centros especiales”. Los “indeseables” eran los españoles. Los “centros especiales” eran los campos de concentración. Y los españoles, encerrados a la intemperie, fueron llenando los cementerios.