La votación de este año para elegir a la protagonista de la campaña Ave del Año 2025 de SEO/BirdLife ha concluido con el treparriscos como especie ganadora. Hasta la fecha, 36 especies han obtenido esta distinción con el objetivo de concienciar sobre su declive poblacional o porque sus hábitats presentan amenazas relevantes para su conservación. Tras un proceso de votación abierta y participativa en el que se han recibido 6.883 votos, el treparriscos ha sido elegido por 2.537 votos (36,81%) como Ave del Año 2025.
El ruiseñor pechiazul ha quedado en segundo lugar, con 2.334 votos (33,86%), seguido del gorrión alpino con 2.022 votos (29,33 %).
El treparriscos (Tichodroma muraria), es una de las aves más llamativas de la avifauna española, aunque también es una de las más esquivas. Su coloración, predominantemente pizarrosa, le hace pasar inadvertido hasta que levanta el vuelo desplegando sus anchas alas redondeadas de un llamativo color bermellón. Se trata de un ave inconfundible, de vuelo ondulado y espasmódico como el de una enorme mariposa. Como su nombre vernáculo, treparriscos, y científico indican, esta ave está íntimamente ligada a los cortados rocosos en zonas de montaña.
Es un ave insectívora, que consume todo tipo de pequeños invertebrados que captura en las paredes rocosas o en huecos, fisuras y repisas con algo de vegetación. Ocasionalmente, también se alimenta sobre la corteza de algún árbol o entre los matorrales rupícolas.
Tamaño de la población de treparriscos en España
El treparriscos, que se distribuye por zonas de montaña de Eurasia, tiene en España su área más occidental de su distribución. Dado que su hábitat es bastante poco accesible y la especie es relativamente difícil de detectar, son muchas las incógnitas sobre su estado de conservación, por lo que no se dispone de información precisa sobre el tamaño poblacional de esta especie ni de su tendencia.
En España, la población está muy fragmentada, encontrándose sus principales áreas de reproducción en dos subpoblaciones aisladas, en la cordillera Cantábrica y en Pirineos, comenzando su periodo reproductor a mediados de mayo o principios de junio. Según se recoge en el III Atlas de las Aves Reproductoras de España, esta especie está especializada para vivir en un hábitat muy determinado y la densidad estimada en su hábitat es muy baja, por lo que la población ibérica tiene que ser necesariamente poco numerosa.
En 2012 se estimaron un mínimo de 65 territorios de treparriscos en el Pirineo catalán; y en 2015 se confirmaron entre 595 y 704 territorios en el Pirineo aragonés. Para la cordillera Cantábrica la información es incompleta, pero podrían estimarse entre 50 y 100 territorios. En conclusión, puede estimarse que, para toda España, el número de territorios oscilaría entre algo más de 600 y 900 y que la población de reproductores estaría entre 1.200 y 1.800 individuos.
A pesar de su pequeña población y de la fragmentación en dos núcleos diferentes, y debido a la falta de información precisa, la especie se evaluó en la última edición de 2021 del Libro Rojo de las Aves de España cómo Casi Amenazada. Si bien, de confirmarse las estimaciones de sus poblaciones, habría que pasar a considerar a esta especie como “En Peligro” aplicando los criterios establecidos por la UICN. El cambio climático y la alteración de su hábitat constituyen una clara amenaza para esta especie.
El cambio climático amenaza al ave de vuelo ondulado
Los efectos del aumento de la temperatura en el planeta son claramente visibles en los hábitats de alta montaña, y las especies de aves vinculadas a estos medios son muy sensibles a las variaciones en las estrictas condiciones en las que viven, por lo que se constituyen como uno de los mejores indicadores del impacto del cambio climático.
El treparriscos, como otras aves de alta montaña, tiene un alto grado de especialización y su ciclo vital está adaptado a unas condiciones muy concretas de temperatura, innivación o precipitación, cuya variación origina cambios tanto en la calidad como en la cantidad de hábitat adecuado disponible. Por tanto, si consideramos el grado de aislamiento y fragmentación de sus poblaciones, es más que probable que tanto el área de distribución como el tamaño poblacional de esta especie se reduzca en el contexto de las previsiones de cambio climático, dado que, al subir las temperaturas, los hábitats adecuados para el treparriscos van a ser cada vez más escasos.
Sin embargo, no hay que olvidar otros factores de presión que están impactando negativamente en las poblaciones del treparriscos, sobre todo los ligados a las actividades de ocio que se desarrollan en sus territorios, como barranquismo, escalada o la instalación de vías ferratas, tan en boga en los últimos años. A esto hay que añadir el proceso de artificialización de nuestras montañas con el desarrollo de proyectos vinculados a la ampliación de estaciones de esquí y sus infraestructuras asociadas.
Medidas de conservación propuestas por SEO/BirdLife
Por todo ello, a lo largo del 2025 la organización llevará a cabo diferentes trabajos de ciencia, conservación, educación y divulgación para dar a conocer al treparriscos y su estado de conservación, y contribuir así a solucionar los problemas a los que se enfrenta tanto esta especie como el conjunto de aves de alta montaña al que representa.
Entre las acciones que se desarrollarán, SEO/BirdLife trabajará con federaciones de montañismo y asociaciones de guías y escuelas de montaña y escalada para sensibilizar sobre las molestias al treparriscos y a otras especies con las que comparten el hábitat y fomentar el establecimiento de regulaciones para estas prácticas deportivas, con el objeto de compatibilizar su disfrute con la conservación de las aves de montaña.
También está previsto dar a conocer los resultados del primer censo nacional de aves de alta montaña, cuyo trabajo de campo finalizó en el año 2024, ofreciendo información sobre los tamaños poblacionales de las especies que desarrollan su ciclo vital por encima de los 1.500 metros de altitud. Con estos resultados mejoraremos el conocimiento disponible sobre el tamaño poblacional y distribución de uno de los grupos de aves más desconocidos, proporcionando información básica para conocer su estado de conservación, y facilitando el establecimiento de medidas de gestión adecuadas para la conservación de estas especies.
Asimismo, desde SEO/BirdLife llevará a cabo una campaña de ciencia ciudadana para mejorar el conocimiento del comportamiento y distribución de esta y otras especies de aves de alta montaña.
Por último, como viene siendo habitual en la campaña del Ave del Año, desarrollaremos un programa de comunicación y sensibilización específico que permita poner en valor al treparriscos, y otras especies vinculadas a áreas de montaña, con el objeto de mejorar el grado de conocimiento de la ciudadanía, así como para sensibilizar sobre las presiones y amenazas que sufren estas especies.
Más de 30 especies elegidas como Ave del Año
Hasta la fecha 36 especies han sido elegidas Ave del Año por su declive poblacional o por sus amenazas de conservación, y para el año 2025, SEO/BirdLife ha vuelto poner en marcha un proceso de votación abierto a la sociedad para elegir a la especie protagonista de este año.
SEO/BirdLife realiza desde 1988 la campaña de comunicación y conservación Ave del Año para llamar la atención sobre la situación de algunas especies de la avifauna española. Con esta acción, la organización pone el foco sobre una especie que precisa de una atención especial por su mal estado de conservación o porque simboliza la urgencia de proteger los hábitats que la acogen para reclamar a administraciones e instituciones medidas para la conservación del patrimonio natural de todos.